El Yoga como autoayuda contra el cáncer
¿Cómo puede ayudarnos el yoga ante un diagnóstico de cáncer? Cada año son muchas las personas diagnosticadas con esta enfermedad y el yoga es una disciplina que puede ayudar en cada una de sus fases como un excelente complemento a la terapia médica convencional.
El ejercicio físico y las técnicas de relajación que se practican en yoga, aumentan el rendimiento tanto físico como mental. Hoy en día, está demostrado que realizar ejercicio moderado durante todas las etapas del cáncer trae consigo una mejora sustancial tanto física como mental, mejorando así el proceso de recuperación. El ejercicio regular y la relajación reducen los efectos secundarios como pueden ser la fatiga crónica, las náuseas, el dolor, la ansiedad, la depresión; aumentando la sensación de bienestar de los pacientes con cáncer. Aunque cada persona afectada reacciona de una manera distinta a las diferentes intervenciones y tratamientos, la práctica de yoga puede ayudar a mejorar significativamente los resultados tanto a nivel físico como a nivel mental de los pacientes.
Un aspecto a menudo subestimado de la práctica de esta disciplina, es su valor como autoayuda. El yoga nos proporciona un arma para ayudarse a uno mismo contribuyendo así a una mejor recuperación. A través de la realización de posturas sencillas (asanas) fáciles de entender y de realizar, los pacientes se sienten mejor superando en parte sus miedos y su sensación de indefensión. Comienzan a sentir su cuerpo y a utilizarlo de forma diferente, percibiendo su movimiento y su capacidad de superación a pesar del cáncer. Asimismo, el yoga, a través de la atención plena puede ayudar a este proceso. El trabajo no sólo físico, sino también mental, pueden ser magníficos aliados para aceptar la situación en la que se encuentre cada paciente y mirar hacia delante sin perder la esperanza.