QUÉ SOMOS
MAAM es un programa diseñado para las mujeres que luchan contra el cáncer de mama, tanto las que están en pleno tratamiento como las que buscan minimizar las secuelas del mismo y reducir el riesgo de recaída una vez concluida la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y la hormonoterapia.
Y esto implica seguir paso a paso las recomendaciones y directrices de nuestro oncólogo (quimioterapia, cirugía, radioterapia y hormonoterapia) pero, también, mejorar nuestro estado de salud general con actitud, ejercicio, alimentación y todo aquello que nos hace sentir mejor y más fuertes. Y esto último está en nuestras manos.
QUÉ CONSEGUIMOS
Reducir el riesgo de mortalidad tras el diagnóstico, evitar el deterioro de la calidad de vida y funcionalidad, paliar los efectos secundarios propios de la enfermedad y/o del tratamiento, facilitar la tolerancia a los fármacos, reforzar el sistema inmune, reconducir los cambios negativos en la composición corporal, mejorar la autoestima y minimizar el deterioro cardiovascular, óseo y muscular.
Reducir el riesgo de mortalidad asociada al cáncer y/o cualquier enfermedad así como el riesgo de recidiva, recuperar, superar incluso, el nivel de actividad diaria previo a la enfermedad, combatir los efectos secundarios derivados de los tratamientos, potenciar el sistema inmune y sentirnos bien.
CÓMO
Con tratamientos complementarios, pero simples en su concepto: ejercicio físico como pilar fundamental, alimentación sana y equilibrada, tratamientos de belleza y sesiones de motivación y refuerzo personal.
Nuestro estilo de vida, como pacientes con cáncer de mama, es muy determinante a la hora de minimizar los efectos secundarios (algunos duraderos) de los agresivos tratamientos a los nos sometemos para vencer a la enfermedad y, sobre todo, a la hora de disminuir el riesgo de recaer.
Porque en este viaje largo y duro pero a la vez esperanzador y sereno -una vez superadas las primeras pruebas, sesiones de quimio, cirugías…- nuestra mejora inmediata puede depender, en gran medida, de hábitos de vida saludable tan importantes y eficientes como el ejercicio físico y una dieta equilibrada.
Existen centenares de artículos científicos de observación en los que se relaciona el ejercicio físico con el aumento de la supervivencia. También hay en marcha decenas de ensayos clínicos aleatorios y prospectivos que intentan probar, con rigor estadístico, que el ejercicio físico (en un primer momento dirigido por profesionales del mismo) debe tener un papel principal en la oncoterapia de la mama. Y bajo nuestra experiencia personal, estamos convencidas de que en un futuro muy próximo, posiblemente, éste se considere tan importante en todo el conjunto como lo es ahora la quimio, la radio, la hormonoterapia y la cirugía.
Nuestra manera de vivir no se adquiere en farmacias, no se inyecta en vena, no lo radia una máquina, ni depende de quirófanos y buenos cirujanos. Está en nuestras manos. Sólo tenemos que encontrar la ayuda de los especialistas más cualificados y aceptar que nos hemos convertido en las mejores aliadas de nuestros médicos. Y perseverar.