Alimentación y cáncer de mama. Falsos mitos

Son muchas las leyendas urbanas que circulan respecto a algunos grupos de alimentos y su relación con el cáncer de mama. Y cuando al buscar en internet vemos que incluso la información llega a ser contradictoria surge la duda ¿qué hacemos? ¿los incluimos en nuestra dieta? ¿Los eliminamos por completo de nuestro menú?

Lo que hay que tener bien claro es que no existen dietas anticáncer. Los alimentos no curan, sino que son un medio para mantener una dieta variada y equilibrada, lo que supone una de las primeras premisas de los médicos a la hora de establecer factores preventivos. Es fundamental mantener un control en la alimentación y tener como patrón alimentario la dieta mediterránea para tener un estilo de vida sana y saludable.

Alimentos artificiales como los edulcorantes alimenticios han sido objetivo de numerosos estudios científicos y su posible relación con la aparición del cáncer de mama. ¿Están vinculados? A día de hoy no hay datos que prueben que tengan efectos cancerígenos; es algo que nunca se ha comprobado, por lo que no hay por qué dejar de tomarlos. No obstante, como sucede con el resto de alimentos, lo mejor es siempre optar por las opciones naturales. En este caso, sustituir la sacarina o el aspartamo por endulzantes como la estevia, o incluso la miel.

Otro de los grandes mitos afecta a la carne roja. ¿Es dañina? Por supuesto que no. Nuestro cuerpo necesita proteínas y la carne nos las aporta. Eso sí, hay que prestar especial atención a su cocinado. Es recomendable comerla cocinada en guisos o, si es a la plancha, mejor hacerla a fuego medio y con cuidado de que no se queme. Ya que lo que sí se ha comprobado es que la carne cocinada, hasta el punto de chamuscarse, puede ser nociva para nuestra salud.

¿Y los hidratos de carbono? ¿Debemos desterrarlos de nuestra dieta? Por supuesto que no. Pueden tomarse, pero siempre en su justa medida. Su consumo elevado, así como el de los azúcares, se relaciona con el sobrepeso y la obesidad y, por lo tanto con un mayor riesgo de poder desarrollar enfermedades en general, entre ellas diferentes tipos de cáncer.

Lo mejor es que lleves en tu día a día un diario de alimentación, y que cuando tengas dudas respecto a la nutrición que debes llevar o los alimentos que puedes o no tomar, lo consultes con tu médico. Y acompaña siempre tu dieta con algo de ejercicio físico supervisado por especialistas para estar fuerte en la lucha contra el cáncer.