Yoga: qué es y cómo funciona
Todo el mundo ha oído en algún momento de su vida hablar del “yoga”. Pero… ¿Qué es exactamente y cómo funciona? El yoga es una práctica milenaria que contempla una disciplina tanto física como mental, que tiene su origen en la India, cuyos beneficios han traspasado fronteras.
Todo el mundo ha escuchado alguna vez que el yoga es bueno para muchas cosas pero el entender realmente el por qué, es algo más complicado. La opinión más común es que el yoga es una gran técnica de relajación y una manera fabulosa de conseguir un buen estiramiento muscular. Sin embargo, si nos adentramos en la biología del cuerpo humano podemos observar que existen otros beneficios significativos y muy positivos. El movimiento, y en concreto el ejercicio, ayuda al drenaje linfático, al retorno venoso y a la formación de tejido óseo. En otras palabras, el cuerpo reacciona al movimiento.
La práctica del yoga no sólo permite dicha movilización sino que consigue obtener también una respuesta de relajación y, ésta, aún infravalorada por muchos, es uno de los beneficios más importantes.
El estrés crónico al que nos vemos sometidos día a día sobrecarga el sistema nervioso simpático que puede llegar a causar una amplia gama de efectos no deseados como son el aumento de la presión arterial, dolores de cabeza, fatiga, depresión y ansiedad. La práctica del yoga y la meditación estimula el cerebro (sistema nervioso parasimpático) creando un estado físico de descanso profundo que cambia nuestras respuestas emocionales al estrés.
El yoga aúna un conjunto de tres elementos fundamentales especialmente vinculados entre sí como son el cuerpo y la mente través de un elemento imprescindible para nuestra existencia que no es ni más ni menos que la respiración. Su práctica contempla una respiración lenta, acompasada y consciente, una concentración de la mente y una disminución del tono muscular. Estos tres principios llevan a nuestro cuerpo a crear una respuesta de relajación ofreciendo asimismo todos los beneficios físicos conocidos que se derivan de cuando nos movemos.
¿Pero cuál es el verdadero “secreto” del yoga?
Los beneficios psicológicos del yoga como son la reducción de la ansiedad y el fortalecimiento del sistema nervioso, tienen así un impacto positivo directo sobre nuestro cuerpo físico. Estas cualidades se pueden lograr con la práctica continuada de esta disciplina. El movernos mejora no sólo el cuerpo físico, sino que proporciona un fuerte sentido de control personal en un momento en el que la mayoría de las mujeres tras ser diagnosticadas de un cáncer de mama, pierden. El yoga es capaz de ayudar a estas pacientes a desarrollar un cuerpo más sano y un estilo de vida más satisfactorio al que tenían antes del diagnóstico. Así conseguimos una mayor tonificación muscular, aumentar la flexibilidad y reforzar de forma consciente el equilibrio corporal mejorando la propiocepción. Esto ayuda a las mujeres diagnosticadas de cáncer a sentirse capaces de superar a nivel físico y mental aquellas barreras que la enfermedad intenta poner en su camino y que el Yoga consigue derribar.
Las ventajas biomecánicas y bioquímicas están bien documentadas y han sido experimentadas a nivel universal. Bien es sabido que el realizar ejercicio físico de forma regular mejora nuestra salud, así como nuestro bienestar mental.